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lunes, 22 de febrero de 2016

De la libertad y su "inexistencia"




Si supiésemos, no el día exacto, sino el día anterior al que vallásemos a morir... ¿nos libraríamos en aquel de este recurrente sistema tan doble moralizado? ¿Dejaríamos las cadenas para hacer lo ultimo que quedase a nuestro alcance?
¿Como seria saberlo? ¡Comprender que nuestra finitud nos acarrea mas allá de la historia en su complejidad y su sabiduría! Sin embargo creemos que tenemos que rendir cuentas a nada ni nadie. Porque evidentemente no existen ni lo uno ni lo otro, siquiera su plano estético para excusar el sentido arbitrario que le damos a las cosas, aun siendo parte de un comportamiento que no fue generado individualmente, por lo que queda decir, uno siempre va a encontrarse ajeno a aquel pozo en el que nos vemos cometidos tan duramente. 
La creencia de un bien y un mal en un "mundo" absolutamente globalizado, sin criticas analíticas hacia el presente, con la sola "intención" de estarse bien a uno mismo y mirar horizontalmente sin sondeos a nuestro alrededor ha sido el capricho menos riguroso y mas hipócrita que hemos cometido. Creer en la no creencia de un devenir por si mismo, considerar insondable la intensidad a la que el contexto siempre nos ha enredado, llevado consigo, amortiguado como simples cosas, hemos sido la cosificacion de algo mas grande, menos atomizado, mas intrínseco a una realidad tan objetiva como, quizá, equivoca. La descreencia en lo irreal ha significado el peor de los caminos mas absurdos del ser humano, la calificación, la moderación, el patíbulo y sus acreedores, el castigo, la droga como algo meramente "tranquilizador" -cuanto mas de sumisión-, la puesta en escena, sin ir mas allá... el gran espectáculo a lo "the truman show". ¿No es eso esclarecedor?
Prosigo aquí con el entendimiento de que es imposible creer en algún tipo de libertad, la sociedad en su conjunto, con sus pequeñas ramificaciones, con las individualidades que la componen, se ha hostilizado a si misma. Se ha desnutrido a si misma, se ha estremecido como si de un castigo al estilo mas sisifeano se tratase, solo la interpretación de un mundo un poco menos encadenado nos ayudara a desenterrar la absurda -pero no menos ingeniosa- mentira de que somos libres si lo somos a través de nuestro pensamiento.
El acontecimiento -contemporáneo/moderno- de haber nacido en algún tipo de sanatorio -o la institución cual fuere en determinado caso-, con los médicos y su particular vestimenta, en un insignificante tipo de edificio hace dar cuenta de que, de alguna manera, hay un mundo sistematizado, lo cual no es malo, lo que si lo és es creer que por eso poseemos cierto tipo de libertad, mas bien, que somos totalmente libres de hacer lo que queramos... (ya sea: no asistir a las instituciones escolares, no trabajar, tratar de ser ajeno a lo que la sociedad impone). Es que, ¿no es a veces algo totalmente entendible? Intentar corrernos de este tipo de enigma, del incógnito de nuestros actos. La libertad como tal, no existe. La sociedad se ha encerrado en un cubículo, quizá en una jaula -como diría Mann-, se ha sujetado a si misma según determinados "placeres", "deseos", "metas".
Seria equivoco creer que al ser humano no lo mueve la utopía, porque es exactamente así, por eso es que de vez en cuando se suelen ver almas por fuera de esta realidad, de su existencia, como si hubiesen tenido que nacer antes o después de su existencia, lo lamentable es ver como, año tras año, década tras década, siglo tras siglo se van marchitando las alas del olvido. La ignominia que se tiene para con quien pretende volar, como Keaton en Birdman, ha sido recurrente, ¿por que creer en la colectividad como forma de educación y moralización universal si el sujeto en si mismo es totalmente distinto a quien tiene al lado? Humanos mas, humanos menos, no dejaremos la disidencia nunca, esa es nuestra gran arma, la individualidad como método de desarraigo de los componentes que nos imponen tal o cual formas o direcciones para poder hacer mas asequible esto a lo que han llamado "vida". De lo único que no se puede dudar, es de que se está dudando -dentro de los parámetros del lenguaje-, es lo único que nos queda, la duda como inmediatez persistente en una pelota redonda en la que los "seres" humanos hemos creído ser su dueño. 

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